La cultura del agua musulmana dejó huellla en Andalucía. No en vano, Granada es ejemplo de cómo aprovechar al máximo y multiplicar sus recursos.
El ingenioso aprovechamiento del agua ideado por los musulmanes es una excusa para gozar de esta ruta que traza un bello itinerario por los aljibes granadinos: Mirador de San Cristóbal; aljibe de San Cristóbal; aljibe de San Bartolomé; calle Panaderos (aljibe de Polo); aljibe de la plaza del Salvador; aljibe de las Tomasas; aljibe de San Nicolás; aljibe de la Gitana; aljibe del Rey; aljibe de San Miguel Bajo; aljibe del Cenete. Además de piedras centenarias, vivo reflejo de los periodos históricos y de los estilos artísticos que los protagonizaron, la ciudad de Granada espera al visitante para proporcionarle pequeños momentos deliciosos para los sentidos. Uno de ellos es sencillamente oír el agua en alguna de su plazoletas o jardines. El Albaicín es el lugar perfecto para experimentar este placer. En este barrio, los nazaritas desarrollaron unos sofisticados sistemas de regadío y canalización del agua que, en muchos casos, aún se siguen utilizando. Para aprovecharla al máximo y multiplicar sus recursos, se usaban los aljibes, de los que se conservan los más importantes: el de la Iglesia del Salvador, antigua mezquita mayor del Albaicín, o el situado en el carril de las Tomasas, con bóveda de singular arquitectura. También destaca el Aljibe del Rey, el mayor de los aljibes musulmanes de Granada. Consta de 4 naves y en la actualidad su bóveda queda dentro del llamado Carmen del Aljibe del Rey, sede de la Fundación Albayzín Granada.
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