Fruto de su contrastado relieve que, en pocos kilómetros, permite pasar de un paisaje agreste y montañoso a otro paradisíaco, con playas bañadas por el sol. La diversidad de espacios naturales confiere a Almería su personalidad y le proporciona el encanto que hace que turistas de todo el mundo no duden a la hora de trasladarse a las playas vígenes de cabo de Gata-Níjar, de realizar senderismo en Sierra Nevada o de admirar a las águilas imperiales desde los más rocosos miradores.
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