Gracias a su tradición agrícola, en especial de la chufa, Alboraya conseva una arquitectura rural colosal, formada por innumerables alquerías y barracas.
El casco antiguo, la huerta y los asentamientos rurales civiles y religiosos componen las etapas principales de esta ruta, que descubre al visitante: el templo de la Asunción de nuestra Señora, el Puente del Moro, el barranco del Carraixet, los cultivos de chufa de la huerta, la Barraca didàctica, las ermitas de Santa Bárbara o del Miracle dels Peixets y la playa de Patacona y Port Saplaya. Nuestra ruta comienza en la Barraca Etnológica (1) en los aledaños del carril bici donde se pueden conocer los utensilios agrícolas de la huerta. El carril bici que atraviesa su término municipal permite recorrer a golpes de pedal todos sus rincones. Las alquerías de Les Palmeres (2), de Requeni (3) o del Retoret <b>(4)</b> jalonan el inicio de nuestro camino. Estos edificios señoriales son ejemplo de la fisonomía rural tradicional. El rico patrimonio cultural de su urbe está cargado de templos religiosos. La Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora (5), de origen medieval, es muestra del barroco del siglo XVII. Paseando por sus calles nos encontramos con el puente del Moro (6), antiguo paso entre Valencia y Alboraya. Tras visitar el casco histórico, nos dirigimos al barranco del Carraixet, que atraviesa el municipio, donde se pueden avistar muchas especies de aves acuáticas. Su trazado nos llevará de nuevo a la huerta que brota vigorosa a los lados del barranco. Nos encontraremos con atractivas muestras de barracas tradicionales y cultivos de regadío especialmente la chufa hasta llegar a la Ermita dels Peixets (7), un rincón deslumbrante en la desembocadura del barranco. La última parte de la ruta nos lleva de nuevo al esplendor huertano de la chufa. Aquí, la Barraca Didàctica (8) muestra los modos de vida de los campesinos, cuáles eran los productos y sus formas de cultivo. La ermita de Santa Bárbara (9) es otro enclave de especial interés en la que concluye nuestra ruta.
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