Un monumento
El edificio actual comenzó a levantarse en 1075, tras ser arrasada en el s.IX una primitiva iglesia levantada sobre la que se cree es la tumba del Apóstol Santiago. El conjunto, que se concluyó hacia 1128, es de traza medieval, aunque ha recibido a lo largo del tiempo aportaciones renacentistas y barrocas. Dentro de su monumentalidad general, destacan sobre todo cada una de sus fachadas que con sus respectivas plazas conforman magníficos conjuntos arquitectónicos y artísticos: Obradoiro, Azabachería, Platerías, y especialmente, el Pórtico de la Gloria, obra cumbre de la escultura románica concluida por el maestro Mateo. Entre sus capillas, la mayor guarda el sepulcro del Apóstol, destino final de los peregrinos que acometen el Camino Santo a Santiago. A un lado de esta capilla se encuentra el célebre “Botafumeiro”, gran incensario del s.XIX. El Museo de la Catedral guarda además objetos de gran valor, como el coro románico, una valiosa colección de tapices, la cripta y el claustro del templo.