Martos, en la campiña jiennense, se alza y estructura en torno a su Peña, símbolo de la localidad. Se trata de un elemento tectónico independiente que desde la antigüedad ha propiciado el asentamiento humano.
Fue la ciudad íbera de Tucci, convirtiéndose en época romana en Colonia Augusta Gemella. Tras la época visigoda, los musulmanes le dieron su actual nombre de Martos y una vez reconquistada se convirtió en la capital de la Orden de Calatrava en el Alto Guadalquivir. La impronta de estas civilizaciones se hace evidente en un rico patrimonio histórico artístico-arquitectónico en esta cuna del olivar. Un cultivo que no sólo es el motor económico, sino que es parte de su identidad cultural. Coronada por la legendaria Peña, Martos se extiende por sus faldas, formando un bello conjunto de casas blancas derramadas, buscando la campiña, el olivar. La riqueza del Conjunto Histórico le ha valido la declaración como Bien de Interés Cultural en 2003. Martos es partícipe de distintas rutas monumentales jiennenses, como la Ruta del Renacimiento.
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