Sureste de Soria
Las comarcas del Sur de Soria, tanto estas del Sureste como las occidentales Tierras Sorianas del Cid, comparten geografía y devenir histórico.
Tierra de frontera
Espacio de frontera ambicionada desde el siglo X hasta el XII por musulmanes, aragoneses y castellanos, las gestas de la Reconquista encontraron aquí escenarios principales, así la última de las devastadoras incursiones de Almanzor, con punto de partida y fin en el estratégico enclave de Medinaceli, nudo de caminos desde época romana como nos recuerda su arco de triunfo. Permita a la leyenda la Historia hacer de Calatañazor marco de la derrota del caudillo cordobés, cuya muerte en el año 1002 dio un respiro a la por él doblegada cristiandad.
Saltado el Duero, reyes leoneses y aragoneses, y condes castellanos aliados de unos o de otros, iniciaron su progresión en el territorio hacia Gormaz, Osma, San Esteban de Gormaz, Vadorrey, Berlanga, Aguilera…, plazas que por entonces eran sobre todo fortalezas.
Sólo tras 1085, con la frontera en el Tajo, se iniciará la ordenación y poblamiento del espacio soriano, proceso que culmina con la efímera toma de Almazán en 1097 y de Medinaceli por Alfonso I de Aragón en 1122.
No por ello callaron las armas, pues aún no alejado el poder musulmán se dirimieron aquí las disputas que enfrentaron a castellanos contra aragoneses, a quienes se debe la definitiva conquista de Almazán en 1115 y la repoblación de Soria cuatro años más tarde. La paz llegó con la muerte del Batallador, momento en el que la corona leonesa recupera las plazas perdidas. Muchos de estos lugares recuerdan aún su pasado militar en el perfil de sus atalayas, fortalezas y murallas, caso de la villa adnamantina, o de obras civiles como el puente de las Cabras de Fuentepinilla.
Almazán y su Tierra Almazán es uno de los grandes centros creadores que marcaron el románico de las comarcas meridionales de Soria. Su nombre árabe -“el fortificado”-, nos habla de su carácter como enclave defensivo, disputado desde fines del siglo XI hasta su definitiva repoblación en 1128 por Alfonso I de Aragón.
Se estructuró entonces en diez parroquias, y como centro de la Comunidad de Villa y Tierra, agrupaba su término a 72 aldeas. Los testimonios románicos de la villa dan fe de una excepcional calidad y ambición constructiva, como la iglesia de San Miguel, templo de tres naves donde destaca la bóveda cupuliforme de nervios entrecruzados sobre trompas que cierra el crucero, con traza de estrella de ocho puntas.
Austera rudeza
Aquí se aúnan los elementos arabizantes con los influjos burgaleses de las ménsulas y el frontal de altar y la austera rudeza de la escultura de los capiteles de las naves y ventanas, obra sin duda de un taller más local. La decoración de arquillos-nicho sobre modillones de rollos de la cornisa de su tambor absidal encontrará un afortunado reflejo en las cabeceras de Nuestra Señora del Campanario –de rotundos volúmenes- y San Vicente de la misma villa, así como en las cercanas iglesias de Caltojar y la sugerente localidad de Bordecorex, de caserío presidido por la pequeña iglesia de San Miguel Arcángel, lugar donde podemos permitirnos evocar, como en pocos sitios, el encanto de un tiempo pretérito.
Galerías porticadas
Excepcional e insuficientemente valorada es la escultura de la portada de Maján, fuertemente impregnada del estilo de la sala capitular de El Burgo de Osma. Lo mismo ocurre con la decoración de Villasayas, iglesia dotada de galería porticada al mediodía como las espléndidas de Santa Cristina de Barca, San Miguel de Andaluz y San Martín de Aguilera.
San Baudelio
Apenas el primer recinto murado, las ruinas de una iglesia en las faldas del castillo, los desmembrados restos escultóricos de la Colegiata y el excepcional tímpano en el convento de la Concepción recuerdan el origen de Berlanga. Sin embargo, no lejos la pintura románica nos dejó un espléndido testimonio en San Baudelio de Casillas, joya mozárabe con decoración pictórica de principios del siglo XII, por desgracia disgregada.
Ciclo cristológico
En ella se desarrolla un ciclo cristológico en las partes elevadas y otro con escenas cinegéticas y motivos animales en las bajas, junto a temas ornamentales, un Agnus Dei, la Virgen con el Niño entre oferentes y San Agustín y San Baudelio flanqueando la ventana de la capilla absidal, único añadido arquitectónico a la obra prerrománica.
Santa María de Huerta
El principal monasterio soriano de estos tiempos es el cisterciense de Santa María de Huerta, fundado a mediados del siglo XII cerca de Arcos de Jalón y el límite con Aragón, y aún hoy vigorosamente activo. La que fuera casa de san Martín de Finojosa nos ofrece en su gran iglesia, calefactorio, cilla, cocina, y sobre todo en el extraordinario refectorio de monjes y el más modesto de conversos, un refinado ejercicio del tránsito formal del románico al gótico.
DIDÁCTICA
Durante el verano, los más pequeños han sido protagonistas de una serie de visitas guiadas y talleres sobre el románico, en los que han aprendido a entender este arte de forma amena.
INFORMACIÓN
Dentro del Proyecto se ha editado una guía con recorridos e información sobre 24 iglesias románicas del territorio.
Empresas de servicios
SURESTE DE SORIA
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Reportaje fotográfico: ©ADEMA
De reciente aparición en Destino Rural Nº 6
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