Alhambra Palace, historia viva de Granada y patrimonio de Andalucía
2012-09-05
Autor: RV Edipress
Situado en el bosque de la Ciudadela de La Alhambra, se levanta el majestuoso y exclusivo hotel Alhambra Palace, con 102 años de existencia plagados de momentos importantes, tanto para la historia de España como para el caudal cultural y social a nivel nacional, autonómico y, por supuesto, de la ciudad de Granada.
Personajes únicos, memorables, que han conformado el carácter de un establecimiento que se moderniza para seguir siendo, por otros cien años más, icono del turismo nacional.
Uno de esos personajes ilustres fue Julio Quesada Cañaveral, más conocido como Duque de San Pedro de Galatino, visionario fundador del Hotel Alhambra Palace, allá por el año 1910. Amigo de infancia de Alfonso XII, vio en Granada el marco ideal para un complejo turístico que hiciese la vez de centro neurálgico para los eventos sociales de la ciudad y de cuna cultural de la región.
Construido en la colina de Peña Partida, en plena Ciudadela de la Alhambra de Granada, y dentro del recinto protegido mundialmente por la UNESCO, el Alhambra Palace se ideó para que, con el paso de los años, el establecimiento se convirtiese en un referente del turismo elitista gracias a su ubicación, a cinco minutos de la Alhambra de Granada, por encima de la propia ciudad, con una vista panorámica sin igual del casco urbano, de Sierra Nevada y de las Alpujarras.
A principios del siglo XX, Granada recibía unos 18.000 visitantes, la gran mayoría extranjeros que acudían atraídos por la belleza del lugar así como por la grandiosidad de la arquitectura e interiores nazaríes, impregnados de ese color naranja Galatea tan característicos del complejo. De hecho, cincuenta años antes, Washington Irving, había escrito a sus hermanos, refiriéndose a la Alhambra como el Castillo Rojo, “un lugar romántico e histórico con gran impacto en la imaginación de los lectores de cualquier parte del mundo”.
En estos 101 años de existencia, y tras luchar contra periodos de menor bonanza económica, de Guerra Civil, penurias sociales e intentos de compra por parte de grupos hoteleros de mayor calado financiero, el hotel Alhambra Palace puede presumir de que la propiedad de las escrituras siempre ha pertenecido a los mismos dueños, los herederos del Duque de San Pedro de Galatino.
Construido bajo el influjo neomudéjar, combinando el legado musulmán y el cristiano, el Alhambra Palace ostenta una arquitectura única en un edificio de sus características y funciones. Decorado bajo los cánones nazaríes, destacan sus grabados, que armonizan materiales tan diversos como madera, cobres, yesería y azulejos con colores vivos como el naranja Galatea, el azul añil o el rojo intenso, que resaltan los dorados de muebles y ornamentos metálicos de habitaciones y salas comunes.
Todos estos elementos decorativos necesitan cuidados intensivos, lo que originó que hasta los años 70 hubiese en el propio establecimiento un taller de yesería para restaurar y conservar toda la riqueza interior y exterior del edificio. Para ejemplo, el techo de uno de los comedores del hotel, realizado a mano por un solo pintor para que no se notasen los cambios de pulso a lo largo de dos años y pintado como se hizo con la Capilla Sixtina de Roma: con el profesional en posición horizontal, boca arriba y subido a un andamio. Y así todos y cada uno de los salones del Alhambra Palace, el hall, y las 115 habitaciones y 11 junior suites de las que dispone el establecimiento.
Siguiendo el repaso por la historia de este hotel singular, hasta 1936, año en el que fallece el Duque de San Pedro de Galatino, el establecimiento siguió funcionando como hotel de lujo y casino, hasta que estalla la Guerra Civil y, por su situación estratégica, el edificio es destinado a realizar funciones de Hospital. De hecho, las monjas que en él vivieron por entonces, pintaron unas cruces rojas enormes en cada una de las terrazas para que se supiera que ahí solo había heridos de guerra y civiles enfermos. De esta manera, las fuerzas militares no bombardearon la zona, lo que preservó intacto el legado histórico y arquitectónico del inmueble.
A partir de 1942, el Alhambra Palace volvió a destinarse a fines turísticos y lúdicos, dando paso a una extensa pléyade de celebridades y personalidades que “vivían” durante algunos días dentro del complejo, maravillados por lo que veían nada más despertarse y salir de la cama, abriendo las ventanas para ver las vistas panorámicas de la ciudad de Granada, o al salir de la habitación, con la decoración y colorido del Alhambra Palace, o directamente cuando salían a la calle y, con una simple mirada, podían contemplar la majestuosidad de la Alhambra y sus alrededores.
El Rey Alfonso XIII, que inauguró el hotel el 1 de Enero de 1910, miembros de la Familia Real hasta nuestros días, músicos como Rostropovich, Von Karajan o Zubin Metha, figuras de nuestra literatura y nuestra música, como Lorca o Manuel de Falla, que estrenaron el Poema del Cante Jondo en el escenario del hotel, Alberti, Celaya y otros miembros de la Generación del 27, o todo un Premio Nobel de Literatura como Mario Vargas Llosa, escritores reconocidos como Pérez Reverte…
Pero el riego cultural no acaba ahí. El Alhambra Palace puede presumir de tener dentro de su Libro de Oro a personajes tan dispares como políticos de la talla de Felipe González, Adolfo Suárez, Manuel Fraga o Ruiz Gallardón, cantantes como Plácido Domingo o Montserrat Caballé, y actores de hoy y de siempre, como Rock Hudson, Brad Pitt o el entrañable Cantinflas.
Icono de la ciudad, el Hotel Alhambra Palace ha sido testigo durante décadas de los mayores acontecimientos sociales y culturales de Granada, curtiendo su personalidad hasta convertirlo en un lugar de culto, servicio al cliente y exclusividad en un marco incomparable. Alhambra Palace es historia viva de Andalucía.
www.h-alhambrapalace.es