El Proyecto Europa Románica ha sido aplicado sobre cuatro grandes áreas de trabajo: conocimiento del recurso, sensibilización de la población, gestión del uso público, y difusión y transferencia de saberes. Tales ejes parten del conocimiento y seguimiento de la realidad de los territorios para habilitar líneas de actuación en una doble dirección -hacia la población local y hacia los visitantes-, pero con el necesario sentido integrador que debe presidir todas las iniciativas que se pongan en marcha para conseguir unos resultados coherentes, eficientes y sostenibles, dirigidos a un fin último, que no es otro que crear desarrollo sostenible sobre la base del recurso patrimonial románico.