Cabo Polonio, un parque natural en Uruguay para desconectar

 2014-06-17  Autor: RV EDIPRESS

Este Parque Nacional se perfila como el destino perfecto para perderse y desconectar del día a día. Un rincón bohemio, un auténtico paraíso, en el departamento de Rocha, al que sólo se puede acceder a pie o en todoterrenos especiales, y donde muchas de las casas no cuentan con electricidad, gas o agua.

Son muchos los viajeros que buscan desconectar y muy pocos los que de verdad lo hacen. El Parque Nacional de Cabo Polonio en Uruguay, precisamente, es el destino perfecto para apartarse de las complicaciones del día a día. Una zona de dunas, al noroeste del país, concretamente en el departamento de Rocha, al que sólo se puede acceder a pie o en unos todoterrenos especiales, lo que demuestra lo natural de su entorno, que se caracteriza por la tranquilidad de sus playas y la sutileza de sus construcciones.

El pintoresco poblado está conformado casi en su totalidad por pescadores y artesanos, y las viviendas no disponen de energía eléctrica, por lo que el ritmo diario de sus habitantes está marcado por la luz solar. Además, este paradisiaco rincón, en el departamento de Rocha, tampoco cuenta con alumbrado público, una característica propia del lugar, que permite, en las noches despejadas, apreciar las estrellas como en pocos lugares del mundo.

Actualmente, las medidas de preservación del ecosistema son tan exigentes que, si se intenta acceder en coche, habrá que dejar el mismo en una estación a siete kilómetros antes de llegar para embarcarse en unos camiones todoterreno que lleva a los visitantes hasta el cabo cruzando un auténtico mar de dunas salvaje. Tal es la calma, la pureza y la salubridad de sus aguas que en diversas épocas del año se pueden ver en sus costas grupos de lobos y leones marinos así como otras especies oceánicas en su camino hacia el Polo Sur. En total, unas 550 especies se han identificado en el sistema costero de Cabo Polonio, 200 de plantas y 350 de animales.


El lugar, donde hoy viven unas 70 personas aproximadamente, se originó en el siglo XIX, en torno a la explotación de los lobos marinos que fue prohibida en 1991. Durante la primavera y el verano se suma un importante número de residentes temporales y visitantes que respetan el entorno de un Parque Nacional que integra el Sistema Nacional de Áreas Protegidas desde 2009, involucrando un territorio costero-marino de 25.820 hectáreas.

Curioso también es el origen del nombre de este pequeño pueblo. Algunos apuntan al naufragio de un galeón español en 1735 llamado Polonio. Sin embargo, otros atribuyen el nombre a Joseph Polloni, capitán de un barco que se hundió en la zona en 1753.


Sus hermosas playas durante el día, con la presencia de un antiguo y melancólico faro, junto a los puestos de artesanía local, hace de Cabo Polonio un lugar perfecto para pasar la jornada en familia y, al caer la noche, el pequeño pueblo se viste de velas, faroles y hogueras, que muestran su luz hasta la madrugada. Un escenario romántico y bohemio que convierte la visita en inolvidable.

Precisamente es el faro, monumento histórico de la localidad, uno de los lugares más famosos. Desde lo más alto de este monumento se puede observar un paísaje único con el Océano Atlántico como protagonista. Además, la cercanía de Cabo Polinio con las ciudades costeras de Valizas y Aguas Dulces -de mucho más fácil acceso- y con la frontera brasileña -a tan sólo 90 kilómetros- aumenta aún más si cabe su atractivo turístico.

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